Efectivamente, cuando Tchouameni subió unos pocos metros se apoderó del centro del campo y sus envíos iniciaban jugadas cinéticas que ya descolocaban el sistema defensivo del Barcelona.
Esta semana lo mollar se está produciendo tras el post-partido. Uno, por pudor y por gafe, no se atreve a plasmar lo que me viene a la cabeza. Pero llevo unos cuantos meses disfrutando de mi copazo de brandy de Jerez. A su temperatura. Bien templado. Sorbito a sorbito. ¡Que no acabe la fiesta, Laporta!
Efectivamente, cuando Tchouameni subió unos pocos metros se apoderó del centro del campo y sus envíos iniciaban jugadas cinéticas que ya descolocaban el sistema defensivo del Barcelona.
Esta semana lo mollar se está produciendo tras el post-partido. Uno, por pudor y por gafe, no se atreve a plasmar lo que me viene a la cabeza. Pero llevo unos cuantos meses disfrutando de mi copazo de brandy de Jerez. A su temperatura. Bien templado. Sorbito a sorbito. ¡Que no acabe la fiesta, Laporta!