El Real Madrid-Pachuca se jugaba en Charlotte. El estadio se llama Bank of America y había buena entrada. El público acabó siendo uno de los grandes atractivos del partido.
Xabi Alonso sacaba a Valverde en la derecha. Lo devolvía a su mejor sitio. La evolución del Madrid en los últimos meses consistió en ir dándole centralidad en el campo. A medida que el Madrid se debilitaba, Valverde iba cogiendo importancia, hasta el punto de pensar que podía ser el sucesor de Kroos.
Esa buena idea no se pudo disfrutar mucho porque muy pronto expulsaron a Asencio. Minuto 5. Otra de sus impetuosas intervenciones. Luego le enfocan y sale con esa cara de contrariedad de capitán del equipo de rugby que se ha equivocado en las pelis americanas de instituto.
Asencio es un buen futbolista, pero cuarto o quinto central. Al lado de Huijsen, Guler y Trent, su fútbol parece de poco CI. La referencia a la inteligencia es un contagio del baloncesto y lo dicen mucho los aficionados "listillos". También puede ser políticamente incorrecto. Se puede cuestionar la concentración o inteligencia de un jugador canterano, pero sería más complicado hacerlo con otro.
Estos partidos estadounidenses dan mucho calor. La sensación es como si jugasen en una era en el campo español. En el césped iba y venía, junto a los futbolistas, una sombra que no era la del balón sino la de un dron, una presencia inquietante.
Es como la innovación de la cámara arbitral para ofrecer imágenes a ras de juego. Recuerdan sin querer a las que llevan los policías para grabar sus intervenciones. Cuando saca la amarilla parece que el jugador va a responder con un arma.
Por el error de Asencio, que quizás era de más gente porque Rondón rondó mucho en muy poco tiempo, el Madrid jugó con diez todo el partido, así que lo primero que hizo fue juntarse como si hiciera frío y no calor.
El efecto fue bueno. El Madrid tuvo también que mejorar su criterio, extremar el cuidado con la pelota y ahí se vio lo mejor de este nuevo comienzo: Huijsen, Güler y Trent.
Se empezó a apreciar en ese instante la aportación del lateral inglés. Superaba la presión con mucha facilidad, con paredes o pases en corto de mucha inteligencia. Creo que nunca hemos visto un lateral derecho, un 2, con tanta finura. No es Il Due, es The Two.
Y Huijsen, por supuesto. Insisto en lo del otro día: no recuerdo un jugador que al debutar fuera tan titular, tan importante. Además, está muy delgado, mucho más que el resto y su aspecto recuerda un poco al de Maceda.
A ellos se sumaba Arda Güler, jugando por detrás de la pelota, con todo por delante.
La expulsión provocó, claro, que Tchouameni se colocara de central. Siempre acaba ahí, es su sino. Güler, de alguna manera, también jerarquiza el centro del campo: Tchoauméni queda atrás, Valverde por delante.
El Madrid necesita los pases de Güler, su contribución a la creación del juego. Esto es continuidad con los últimos meses de Ancelotti, pero en Alonso parece una apuesta más decidida. Un rasgo de estilo.
Así, Güler se va haciendo mediocentro. Hubo una jugada curiosa en la que cargó en el área propia contra el delantero cual Casemiro.
El Madrid no estaba mal con diez y mostraba buen juicio con la pelota. Así llegaron los goles. En el 35, Bellingham tras un buen movimiento de Gonzalo y un previo cambio de juego de Trent Alexander, que permite hacer la guerra a distancia, un jugar balístico.
Poco después, el 2-0, llegada de Güler con asistencia de Gonzalo y un gran pase previo de Trent.
Gonzalo demostró en dos jugadas eso del CI. En dos partidos se ha ganado un sitio en la plantilla. Y esto es mérito suyo pero también de Xabi Alonso porque le ha dado la capacidad de hacerlo, el escenario. En 180 minutos ha 'creado' un jugador. Le ha dado el sitio y el momento para que Gonzalo se muestre. No era tan difícil...
En la segunda parte yo diría que todo bajó, aunque quizás era modorra mía. A la altura del 60, Bellingham y Guler se fueron y entraron Modric y Ceballos, muy empeñado en acertar. El juego se desarrollaba mucho por la zona de Fran García, desembocaba siempre ahí, quizás por su generosa disposición. Sin embargo no generaba expectativa, al llegarle la pelota se sabía que nada ocurriría y era curioso cómo, sin haber expectativa, se mantenía la frustración.
Empezó a haber unos planos sorprendentes del público. Miles de personas con la camiseta del Madrid, personas hispanas, personas que otros llamarían 'latinas'. Su madridismo era muy cercano y apasionado. El hispanomadridismo era un hecho en Charlotte.
En el 69, el Madrid marcó el tercero, gol de Valverde tras un buen pase de Brahim, precedido todo por un magistral pase "al espacio" (suena a especialidad culinaria francesa) de Huijsen, un pase originador de un Far West para Vinicius, esas jugadas de expedición, de aventura... Alonso le había colocado un rato arriba, pero cuando ayudó más al Madrid fue cuando se acercó a la banda para estirar y alargar el juego.
Estando allí, y habiendo quien le haga llegar balones, Las cosas pasarán, sucederán, porque Vinicius es la ley de los grandes números. Es Vinicius de los Grandes Números.
Pero es necesario que haya pasadores, 'lectores' del código QR.
Lo que nos lleva a insistir (como un MAGA con Trump) en que un mediocentro más no vendría mal sino muy bien.
El Madrid probó un rato al final con defensa de tres y el Pachuca marcó el gol del honor, cosa que siendo mexicanos no nos pareció mal.
En el campo seguían los planos de la raza cósmica madridista, aunque ya era muy tarde y todos, hasta ellos, querían que pitara el árbitro. Se demoró el descuento y se alargó la cosa por Rudiger y un altercado. A veces sentimos vivamente el CI ajeno (coeficiente de impertinencia) y perdemos la paciencia.
1 punto en la competición, 10 para afrontar casi todo el partido y 1000 dudas en los jugadores; así estuvo el panorama en un momento dado para acabar con 4 puntos,11 de inicio en el último partido de esta fase y unos menguantes problemas para el entrenador. Los veteranos recordaron ser del Real Madrid y los noveles se apuntaron a su primera lección.